• Tumbar a la persona con las piernas en alto, para facilitar que la sangre llegue al cerebro.
• Aflojar las prendas de vestir que compriman el cuello, el tórax o la cintura y quitar los calcetines.
• Aportar suficiente aire abriendo la ventana, con un abanico, etc.
• Si no se recupera, comprobar las constantes y colocar en posición lateral de seguridad.
• Si no se detectan las constantes, iniciar R.C.P.
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